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Gracias a avanzada tecnología, y a la vasta experiencia del equipo médico -que ya ha realizado más de 900 intervenciones de este tipo-, la resección endoscópica del tumor que Lucía tenía en la hipófisis resultó todo un éxito.

Fue por casualidad que Lucía Núñez Retamales (61) se enteró de que tenía un tumor en la hipófisis (glándula pituitaria). El problema fue descubierto en una resonancia de columna por su médico tratante, quien le aconsejó acudir con el neurocirujano, Dr. Jaime Pinto, director médico de Clínica Biobío.

Fue en su consulta que ella y su marido se enteraron de la existencia del tumor. “El diagnóstico nos asustó un poco, pero el Dr. Pinto nos explicó todo, y ahí supe que esa era la causa de varios problemas que yo tenía… Por ejemplo, sufría de fuertes dolores de cabeza, permanentemente, que yo pensaba que eran por sinusitis. También vivía chocando con las puertas, incluso me caía, y creía que era por ser muy acelerada, pero se debía a que, a medida que el tumor crecía, se iba achicando mi campo visual”.

El Dr. Pinto detalla el caso: “En un estudio de resonancia magnética de la columna cervical se pesquisó este tumor en la silla turca, compatible con el diagnóstico de adenoma pituitario. Para constatarlo, se solicitó un estudio dirigido que confirmó el diagnóstico, y exámenes hormonales que determinaron que se trataba de un tumor no funcionante (que no genera alteración hormonal), motivo por el cual -y debido a su tamaño- se indicó la cirugía”.

Añade que cuando el tumor es muy grande, produce una hipofunción de la glándula, generando síntomas como cansancio, falta de ánimo, presión baja, cefalea o pérdida de la libido. Y si invade áreas vecinas a la hipófisis, creciendo hacia arriba, puede comprimir la vía óptica, generando déficit del campo visual, como en el caso de Lucía. “De no operarse, el tumor podía crecer hasta poner en riesgo su vida, pues al invadir la cavidad craneana, comprime el cerebro y los nervios adyacentes”.

El procedimiento efectuado a Lucía se denomina resección endoscópica del tumor de la hipófisis, y se realiza utilizando un endoscopio, que es ingresado por la vía endonasal. Con él, se logra llegar hasta la base del cráneo, donde se encuentra la silla turca, la que se abre para acceder al tumor. “Hacer la extracción vía endoscópica permite la visualización directa de la lesión, lo que disminuye la posibilidad de dejar tumor residual”, informa el Dr. Pinto.

“Cuando desperté en la UCI, el anestesista todavía estaba conmigo. Cuando vio que estaba despierta y que podía moverme bien, me dijo que ahora podía irse, que había terminado su trabajo… Ese tipo de cosas, se agradecen. Primera vez que veo a un equipo médico tan preocupado del paciente. En otros lados, la atención es impersonal. Aquí, todo fue absolutamente personalizado, que es lo que uno necesita: sentir que es importante para quienes lo atienden, y sentirse acompañado”.

Ya han pasado seis meses de la cirugía, y Lucía ya volvió a hacer su vida normal. “Gracias al Dr. Pinto y al resto de los profesionales, y al tremendo apoyo de mi marido y mis hijas, logré salir adelante sin ninguna complicación… ya no tengo dolores de cabeza y hace mucho que no choco con las puertas (ríe)… La verdad es que tras la intervención mejoró mucho mi calidad de vida”, reconoce.

También su marido agradece el trato recibido: “Nuestra experiencia fue muy buena. Como familia, nos sentimos acogidos por el equipo médico, que nos entregó la solución y también una gran consideración. Nunca nos dejaron al margen. Incluso, a la consulta entrábamos los cuatro, y a cada uno nos respondían las preguntas… y eso se agradece”. 

El Dr. Pinto puntualiza que el pronóstico de Lucía es bueno, pues con la exéresis radical de la lesión, se obtiene la curación del paciente, manteniéndose un seguimiento por cinco años en caso de quedar tumor residual. “La cirugía conlleva riesgos, pero tras más de 900 cirugías de este tipo realizadas, nuestro equipo ha logrado superar la mayoría de las complicaciones. Además, en la Clínica este procedimiento se ejecuta usando la mejor tecnología, lo que en el postoperatorio se complementa con un intensivo neurocrítico de primer nivel, para pesquisar cualquier complicación”.