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“Hábitos saludables, como alimentarse de forma balanceada y dormir lo suficiente, son claves para que los niños puedan enfrentar de mejor manera el riesgo que representa volver al colegio y estar más expuestos a virus y gérmenes”, afirma el pediatra de Clínica Biobío, Dr. Andrés Marinovic.

Más allá de la alegría de reencontrarse con los amigos, la vuelta a clases involucra un sinfín de temores y preocupaciones. Y no solo para los niños, sino también para los adultos que son responsables de su cuidado.

Una de ellas es la de cuidar la salud de los pequeños, previniendo las enfermedades, mayoritariamente virales, que suelen presentarse cuando regresan al colegio. Esto, porque la vuelta a clases implica que los menores pasen mucho tiempo en un espacio cerrado con  otros niños, los que pueden ser agentes transmisores de virus.

El Dr. Andrés Marinovic enfatiza: “Es importante entender que en la edad pediátrica no se puede evitar el contagio de la mayoría de las enfermedades, sobre todo al ingreso al sistema escolar”. Sin embargo -dice- sí podemos potenciar el sistema inmunológico de los niños, fomentando en ellos algunos hábitos saludables.

Tips para mejorar las defensas

Respecto de cómo lograr fortalecer la inmunidad de los escolares en este regreso a clases, el Dr. Marinovic entrega algunos consejos: “Lo primero es educar los hábitos alimenticios desde la infancia, entregándole a los niños una alimentación saludable y balanceada, que incorpore alimentos de todos los grupos y, sobre todo, frutas y verduras, que son fundamentales por su alto aporte de vitaminas y minerales”.

Un segundo hábito beneficioso es mantener un régimen de sueño adecuado a la edad. “En general, para menores en etapa escolar se recomiendan unas 8 horas de sueño diarias. Este es un tema muy importante porque tener un horario definido para acostarse, horas de descanso nocturno constantes durante la semana y medidas adecuadas de higiene del sueño -que incluyen evitar la exposición a pantallas, sobre todo antes de dormir-, para recuperarse durante la noche en términos energéticos y también reponer el sistema inmunológico”, detalla el pediatra.

También es importante la incorporación de actividad física en forma diaria en la rutina del menor, una práctica que debe incluir ejercicios aeróbicos e, idealmente, aire fresco y exposición a la luz solar.

“Estos hábitos son los principales factores protectores del sistema inmunológico, aunque también es muy relevante inmunizar al niño con las vacunas establecidas en el Programa Nacional de Inmunizaciones, así como las estacionales, porque aquellos con esquemas de vacunación incompletos van a estar mucho más expuestos a desarrollar enfermedades específicas, no cubiertas por las vacunas que tienen”.

¿Y qué pasa con los multivitamínicos?

Si bien las medidas descritas debieran bastar para que un niño tuviera niveles adecuados de defensas, que le permitieran disminuir el riesgo de contagiarse de alguna enfermedad o, al menos, tener cuadros de menor duración y gravedad, hay muchos padres que optan por añadir a eso algún suplemento nutricional.

Sobre este tema, el Dr. Marinovic comenta que en el ámbito de las medidas farmacológicas para potenciar el sistema inmune tiene relevancia la incorporación, por ejemplo, de suplementos a base de vitamina D, sustancia que juega un rol fundamental en la modulación de la respuesta inmune, y cuya deficiencia es altamente prevalente a nivel mundial. “Su incorporación se ha asociado al fortalecimiento del sistema inmunológico, mejores niveles de defensa de los niños y disminución de ciertas enfermedades respiratorias, principalmente”.

No obstante -advierte el especialista- hay que diferenciar las medidas generales, que todos debemos implementar para fortalecer el sistema inmune de aquellas que deben resultar de la indicación médica de algún fármaco en particular. “En casos específicos, en que se requiera el uso de algún potenciador de las defensas, su indicación debe ser siempre personalizada y guiada por un profesional médico. Existen muchos productos en el comercio, pero no siempre son útiles para todos los niños, pues cada menor tiene requerimientos específicos. De ahí la importancia de una consulta previa a un médico para que le entregue una prescripción adecuada”, puntualiza.