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La Unidad de Paciente Crítico (UPC) de Clínica Biobío conmemora un nuevo aniversario en tiempos de alta exigencia para los servicios de salud de todo el mundo. Sin embargo, este equipo ha respondido de forma exitosa a las exigencias de la pandemia, destacándose por su atención humana y de calidad.

Desde que se creó esta Unidad, en el año 2005, ha experimentado un crecimiento constante en infraestructura, camas críticas, tecnología y personal; lo que también le ha permitido dar soporte a las diferentes especialidades médicas y asistir a pacientes críticos.

“En estos 16 años, la UPC ha tenido un progreso bastante marcado. Cuando la clínica inició sus actividades, era ambulatoria. La creación de nuestra Unidad ha posibilitado la realización de procedimientos cada vez más complejos. Hoy, tenemos la expertise para asistir a los pacientes que han sido sometidos a cirugías cardíacas, neuro críticas, de sustitución renal, pulmonar, entre otras”, dice la Dra. Leonila Ferreira, jefa de la Unidad de Paciente Crítico.

Este desarrollo se ha producido junto con la conformación de un equipo humano acorde al alto nivel de la Unidad, con selección, capacitación y desarrollo de personas altamente calificadas. “Esta es la única UCI de la región donde el 100% de sus profesionales médicos son especialistas, ya sean internistas o anestesiólogos. Además, contamos con enfermeros especialistas en cuidados intensivos y kinesiólogos en terapia respiratoria y ventilatoria”, explica la Dra. Ferreira.

La UPC de Clínica Biobío está compuesta por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y la Unidad de Cuidados Intermedios (UTI), áreas que aumentaron su capacidad en un 133% con la llegada del COVID-19, pasando de 9 a 21 cupos. “Hemos crecido considerablemente, desde las 6 camas que teníamos cuando recién partimos, hasta las 15 camas UCI y 6 camas UTI con las que contamos hoy”, agrega la doctora.

La pandemia ha sido un desafío constante para esta Unidad, donde pasó a ser parte de la

Red Integrada de Salud Público-Privada, actuando de manera coordinada y modificando su funcionamiento para asistir tanto a los pacientes de la región como a los que han sido trasladados desde otros lugares del país.

“En forma súbita aumentamos el número de camas con monitores y ventiladores mecánicos de última generación, y contamos con el apoyo de nuevo personal en enfermería, TENS y equipos médicos, manteniendo siempre la calidad de los profesionales. Eso nos permitió ser la Unidad que tiene la menor letalidad en pacientes con COVID-19 de la región”, afirma la doctora.

El equipo humano es fundamental para el funcionamiento de la UPC y también para la recuperación de los pacientes. Es por eso que establecieron una rutina que busca entregar una atención lo más humana posible:

• Todos los días, el médico llama a los familiares de los pacientes para informarles sobre su estado de salud.
• También se les pide que lleven fotos que el mismo personal de la UCI pone en las piezas de los pacientes para que sea lo primero que vean al despertar.

• Se dispone de tablets para que los pacientes puedan hacer videollamadas con sus familiares antes de ser conectados a ventilación mecánica y también para cuando despiertan.
• En casos excepcionales, y cuando ya ha pasado el periodo de contagio, se permite la visita de algunos familiares para que apoyen la rehabilitación de los pacientes con su presencia.

“Nos esforzamos por hacer la UCI lo más humana posible. Eso es muy importante para nosotros”, afirma la Dra. Ferreira, enfatizando que los buenos resultados que ha tenido la UPC no serían posibles sin la eficiente labor de las personas que la conforman. “El éxito de la Unidad es el éxito de todo el equipo”, finaliza.