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Marcapasos: Una batería nueva para el corazón

El sistema eléctrico del corazón es el encargado de regular la velocidad de sus latidos. Si no funciona bien, el ritmo cardiaco puede volverse lento y presentar arritmias y/o bloqueos; produciendo patologías que podrían ser graves si no se tratan a tiempo.

El corazón es el músculo que más trabaja en el cuerpo humano. En una persona sana, debería latir aproximadamente 115 mil veces al día, con un promedio de 80 latidos por minuto. Cuando esta frecuencia es lenta, menor a 60 latidos por minuto, o irregular, el corazón no puede bombear la cantidad de sangre rica en oxígeno que el cuerpo necesita para su actividad normal o para hacer ejercicio.

En estos casos, generalmente se recomienda el implante de un marcapasos, dispositivo que reemplaza la batería natural del corazón y su sistema eléctrico, permitiéndole latir de forma regular.

Así lo explica el Dr. Germán Arriagada, cardiólogo de Clínica Biobío y especialista en arritmias y marcapasos, quien agrega: “Cuando la batería o marcapasos propio del corazón del paciente se enferma y produce bradicardias severas o pausas del corazón, o cuando sus cables se deterioran o bloquean; el marcapasos funciona imitando la acción del sistema eléctrico natural del corazón, enviando el impulso eléctrico que lo hace reaccionar y recuperar la frecuencia cardiaca normal. Los marcapasos actuales son bastante inteligentes y detectan cuando pasan estas cosas”.

Los pacientes que tengan bradicardias -o descenso del ritmo cardíaco- con síntomas frecuentes de mareos, fatiga, debilidad y, en situaciones más graves presenten síncopes o pérdidas bruscas de conciencia, deben consultar con un especialista que evalúe el marcapasos como una alternativa de tratamiento.

Según la patología del paciente, el Dr. Arriagada dice que se pueden implantar diferentes tipos de marcapasos:

Para la implantación de un marcapasos, se realiza una cirugía menor con anestesia local y sedación, donde se insertan uno o más electrodos flexibles y aislados a través de una vena principal debajo o cerca de la clavícula y se guían hasta el corazón usando imágenes de rayos X. Un extremo de cada electrodo se asegura a la posición correcta en el corazón, mientras que el otro extremo se conecta al generador de pulso, que suele implantarse debajo de la piel cerca de la clavícula.

El marcapasos se programa según las necesidades de estimulación que tenga el paciente y en algunos casos se pueden controlar de forma remota.

Por lo general, el paciente puede retomar sus actividades cotidianas al poco tiempo, habitualmente de 2 a 3 semanas después de la operación, evitando el ejercicio físico intenso o el levantamiento de objetos pesados durante aproximadamente un mes.



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