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Conmemoramos 11 años desde nuestra primera cirugía cardíaca

En 2010 fue llevada a cabo esta intervención quirúrgica y, a la fecha, ya son más de 540 las realizadas con excelentes resultados. Es, por tanto, más de una década de importantes desarrollos en la especialidad, que han permitido conformar  el Centro de Cardiología de la Clínica, un espacio integral para el diagnóstico y tratamiento de todas las patologías cardiovasculares, integrado por expertos en Cardiología de adultos y niños, Cardiología Intervencionista y Electrofisiología Cardíaca, Ecocardiografía, Cirugía Cardíaca, Vascular Periférica y Endovascular.

Por otro lado, desde 2009, en Clínica Biobío contamos con la Unidad de Hemodinamia, donde se han realizado más de 4.000 procedimientos mínimamente invasivos. Esto, sumado a un Servicio de Urgencia completamente preparado para resolver emergencias cardiovasculares y con Hemodinamia 24/7 para el tratamiento del infarto agudo al miocardio.

“Hoy, todo lo que debiera hacerse en una unidad de alta complejidad cardiológica se realiza en la clínica. Los mismos procedimientos que se llevan a cabo en el extranjero se pueden hacer acá. Tenemos un laboratorio de exploración cardiovascular que es comparable a cualquiera de Estados Unidos o Europa”, enfatiza el Dr. Luis Pérez, cardiólogo intervencionista y jefe del Centro de Cardiología y Hemodinamia.

 

Urgencia Cardiológica: SALVAR UNA VIDA CUANDO CADA MINUTO CUENTA

La atención oportuna es fundamental al momento de salvar una vida y Rodrigo Latín, ingeniero civil, lo sabe muy bien. Tenía 47 años cuando sufrió un infarto. “Esa mañana desperté con una pesadez en todo el cuerpo. Una molestia generalizada que nunca antes había sentido”, recuerda. Ese día debía seguir la ruta de siempre, pero en el camino decidió desviarse. “Todavía no sentía dolor, pero sabía que tenía que irme rápido a la clínica porque algo no estaba bien”, relata.

A primera hora llegó al Servicio de Urgencia de Clínica Biobío y, mientras el médico lo examinaba,  se desmayó. Su corazón permaneció sin latidos y sus pulmones sin función respiratoria por cerca de media hora, hasta que el profesional que lo estaba atendiendo logró reanimarlo con un masaje cardíaco.

Rodrigo Latín fue trasladado de inmediato a la Unidad de Cardiología Intervencionista, donde le realizaron una coronariografía -examen radiológico que permite visualizar los vasos que transportan la sangre al corazón-, por medio del cual se reveló una oclusión total de la arteria coronaria.

“Rápidamente, hicimos una angioplastia para abrir la arteria ocluida y una tromboaspiración, lo que nos ayudó a destaparla, complementando con un tratamiento farmacológico antiplaquetario, es decir, que evita la formación de coágulos. Así, conseguimos implantar de forma satisfactoria un stent, que es un pequeño tubo de malla de metal que se expande dentro de la arteria para evitar que vuelva a cerrarse”, explica el Dr. Pérez.

Cuando despertó después del procedimiento, Rodrigo tenía daño cerebral transitorio, por el tiempo que estuvo sin recibir oxígeno, pero se recuperó de forma paulatina tras dos semanas de hospitalización. “Me atendieron maravillosamente bien. Cada una hora me iban a evaluar los signos vitales. Como venía casi volviendo de la muerte, estaban siempre pendientes de mi evolución”, afirma el paciente. “No tengo palabras para agradecerle a todo el personal la atención que me entregaron. Me salvaron la vida”, finaliza el paciente.

 

AVANCES EN CARDIOLOGÍA

Las nuevas tecnologías y descubrimientos científicos que se han desarrollado en el ámbito de la medicina han permitido disminuir, por ejemplo, la invasión que implican algunos procedimientos. “En Cardiología ocurre lo mismo, antes todo era solucionado a corazón abierto, con circulación extracorpórea. Hoy somos capaces de cambiar una válvula cardíaca sin abrir el pecho, solo introduciendo pequeños catéteres por la ingle y con un sistema de liberación de la válvula. Todo con el paciente sedado, ni siquiera con anestesia general. Ese es un procedimiento llamado implante de válvula aórtica, que en la clínica se efectúa y son pocos los lugares en donde se hace en Chile”, explica el Dr. Pérez.

Uno de los avances con que cuenta la clínica es su Laboratorio de Cardiología Intervencionista, en el que se pueden desarrollar exploraciones avanzadas del corazón, gracias a un moderno angiógrafo. “Cuando la clínica instaló su primer laboratorio, generó de inmediato la necesidad de tener cirugía cardíaca, de contar con un cardiólogo 24/7 para cuando llega un paciente con un infarto. Todo va de la mano”, comenta.

DESAFÍOS EN LA SALUD CARDÍACA EN LA “NUEVA NORMALIDAD”

La pandemia impuso desafíos para el abordaje de otras patologías no relacionadas al coronavirus, por los resguardos adicionales que se deben tomar. No obstante, el tratamiento de enfermedades  al corazón nunca se detuvo en la Clínica. “Estuvimos alineados con las estrategias de la autoridad sanitaria y se continuaron entregando las prestaciones de emergencia para el paciente que consideramos de mediano y alto riesgo, con los respectivos protocolos”, señala el Dr. Pérez, agregando que éstas se han mantenido durante todo este periodo.

“Hay tres grandes urgencias en esta área, la primera es el infarto agudo al miocardio. La segunda son los trastornos eléctricos como un bloqueo del ritmo del corazón, para lo cual el paciente requiere un marcapasos. La tercera es la rotura de la aorta, la cual requiere de una cirugía en menos de 12 horas. Para esas tres prestaciones, la clínica cuenta con atención 24/7, somos capaces de armar un pabellón de cirugía cardíaca a las dos de la mañana, en menos de 40 minutos, con un equipo de Cardiología Intervencionista”, explica.



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