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En diagnóstico y tratamiento de enfermedades cardiacas: Clínica Biobío entrega un cuidado integral al recién nacido y a su madre

Clínica Biobío promueve el cuidado del corazón, ofrece exámenes preventivos para enfermedades cardíacas y tiene un equipo preparado para tratar patologías de este tipo, ya sean diagnosticadas en útero o después del nacimiento.

Agosto es el mes del corazón. Se estableció esta fecha con el objetivo de informar sobre conductas saludables y enfermedades cardiovasculares y, también, para favorecer el autocuidado. Algo que el jefe de la Unidad de Neonatología de Clínica Biobío, Dr. Rodrigo Escobar, valora y comparte. No obstante, recalca que para el cuidado de este órgano vital no hay estacionalidad, pues es algo que debe hacerse durante todo el año.

“El corazón debe cuidarse siempre y desde temprana edad”. Una tarea que, dice, debe ser iniciada por los padres, quienes son los encargados de fomentar en sus hijos estilos de vida saludables, en los que una adecuada alimentación y el ejercicio son fundamentales.

Todo preparado

Todos esperan que el nacimiento de un hijo sea un momento inolvidable, tranquilo y sin complicaciones para la madre ni para el niño. De ahí la importancia de escoger un centro de salud preparado para reaccionar de manera integral frente a un requerimiento médico de envergadura, con una moderna Unidad de Maternidad y un completo equipo de Neonatología, con médicos y matronas, así como cardiólogos pediátricos dedicados al cuidado de las distintas enfermedades del corazón, tanto congénitas como adquiridas.

Para ello, Clínica Biobío cuenta con un programa de exámenes preventivos para el diagnóstico y tratamiento de las diferentes enfermedades que afectan al corazón, ya sean pesquisadas en el útero o después del nacimiento.

El neonatólogo, Dr. Rodrigo Escobar, explica que en Clínica Biobío están muy preparados para enfrentar las patologías presentes en recién nacidos, así como la atención neonatal de alto riesgo y su posterior acompañamiento médico. El profesional destaca a las cardiopatías congénitas como las más recurrentes. Son definidas como aquella anormalidad estructural y/o funcional del corazón que está presente desde el nacimiento, y que se establece como resultado de alteraciones en el desarrollo embrionario de este órgano, sobre todo entre la tercera y décima semana de gestación.

A medida que avanzan en su crecimiento, los niños consultan con su pediatra de cabecera por distintas patologías. “Cuando practican deporte o inician el periodo escolar son importantes los controles rutinarios con su pediatra, pues algunos se quejan de dolor torácico o cansancio, lo que, por lo general, es producto del sedentarismo, pero puede haber una cardiopatía, sin registro que se debe verificar. Es muy extraño, hay un porcentaje bajísimo de niños que debuta después de los seis años con una cardiopatía congénita. El pediatra es el llamado a evaluar, solicitar un electrocardiograma y una radiografía de tórax que podría ayudar en alguna sospecha pulmonar o cardiaca. Luego viene la etapa de revisar la existencia de una arritmia. También podría identificarse una patología grave, como una miocardiopatía hipertrófica heredada de algún familiar directo”, comenta el médico.

Madurez inmunológica

Es durante el primer mes de vida que hay más riesgos para la salud de un infante, pues es susceptible de padecer distintas enfermedades por causa de la inmadurez de su sistema inmunológico, por lo que un equipo multidisciplinario es el que apoya la tarea de recuperación del recién nacido hospitalizado.



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